TEOPHILUS Y EL MARMÓREO ROSTRO
(Diálogo # 01)
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
El joven Teophilus arribaba con su rostro circunspecto y
vacilante, con su barba ausente y unos ojos opalescentes hundidos en un rostro demacrado
por el no dormir de varios días. El haz de su mirada se aposentó entonces en el
busto del ágora central. Tu es Petrus,
resonó en el cuadrante de sus recuerdos… Tu
es Petrus... insistió la voz del que voz no tenía, del que hablaba sin
hablar porque el habla vedada le estaba. El rostro marmóreo aludido pareció despertar
de su pesado letargo, al modo de la fábula esópica… Ego sum… Hic ego sum… la voz
animada por el vivificante resuello prosiguió…
-¿Por qué el cultivo de lo que otrora en
tus doradas eras, fuera y hoy no es? Tierra de las letras sin letras, de la linguae
sin linguae. Letralia enajenada del cultivo de Erato y de Talía… La abyección
hunde sus pesadas y hondas raíces en un limo lacustre seco y estéril, donde la
lengua condal de Castilla pareciera muerta al mostrar la enjuta faz de Caronte
al surcar a Leteo, el río del olvido… Cesar Borgia y los ornamentados cesáridas
todo lo han enajenado y al toque putrefactante de la escoria de sus dedos todo
deviene en maloliente… La triple corona lo ensalza y sostiene en alto. Ahora se
ensoberbece y sonríe… Los epígonos le tributan las marchitas rosas de sus
endechas cortesanas…
-¡Non margaritas ante porcos! Tierra de la
estepa solitaria de que hablara el engreído seguidor de Schopenhauer. Mi pluma
aquí hundió sus reales, en el confín donde muere Febo cada día, para renacer
donde sus rayos no llegan, porque el claroscuro eterno de la medianía los ha
confinado al tártaro de la inexistencia. Al no-ser de lo que alguna vez fue y
ahora añora tiempos fenecidos años ha. ¡Pobre tierra mía! Oh mía patria si bella
e perduta, cantaron en la Italia esclavizada por el teutón los seguidores de Pietro
Mazzini…
¿Eres el amado por Dios, joven Teophilus?
Que el ser de los seres te acoja en su inefable seno. El cantor de Cataluña
dijo alguna vez: ¡Escapad gente tierna que esta tierra está enferma! No
desoigas sus levantinas frases que vienen cargadas de sabiduría, inspirada en
las tierras de la lejana Sevilla…
-Audibus piis ofensiva… ¡No me digas eso!
¡No!
-A qué me sacas de mi
letargo pétreo si desoyes mis aquilatados oráculos, jovenzuelo torpe e
ignorante… ¡Ite turpis! Adiós, volveré a despertar cuando esta tierra sea solo
un marasmo yerto de praderas humeantes, al limbo insondable del limo aluvial
putrefascente. Adiós.
Madrid (Cundinamarca), abril 10 de 2016