miércoles, 13 de marzo de 2019

EL TURISMO SANANDRESANO DEBE SEGUIR MEJORANDO (Artículo de opinión)


EL TURISMO SANANDRESANO DEBE SEGUIR MEJORANDO
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

La isla de San Andrés es sin lugar a dudas el lugar más paradísiaco de todo el país, sede gubernativa del Departamento Azul de Colombia. Constituye un verdadero placer visitar San Andrés durante una o dos semanas cada año, como fue mi reciente experiencia. Cada año cuando la visito, suelo analizar con ojo crítico y avizor, las agudas problemáticas de la isla, echando de ver –obviamente-, los muchos aspectos positivos que se dan en torno a la industria turística sanandresana, porque también los hay y muchos.

Señores detentadores (entiéndase gerentes, administradores y personal de atención al público en general o dependientes) de la industria turística en sus diferentes frentes: tanto acomodación (hoteles y posadas), como de bares y restaurantes. Por favor, no se les olvide jamás este sabio principio de la acomodación: ¡Turista satisfecho atrae más turistas! Luego de observar la forma como los dependientes de algunos hoteles, tiendas de ropa, calzado, almacenes de lociones y cremas. Y luego de analizar la calidad misma, o bien del producto adquirido o del servicio contratado, los ítems que pude establecer al respecto fueron los siguientes:


-1. TONO DE POCOS AMIGOS AL MOMENTO DE ATENDER AL CLIENTE. En algunos restaurantes y hoteles la calidad en la atención al público deja mucho que desear. Noté que la muletilla ¡Amigo! está muy en boga en el momento de romper el hielo con el turista que entra a un punto comercial. Cierta noche, tipo 7:30 pm, llegué a un conocido restaurante en la avenida 20 de julio. La chica que me atendió me recibió con esta frase, espetada en tono altisonante y a unos 3 metros de distancia de donde yo estaba:

- ¿Qué quiere, amigooooo?
A lo cual yo le respondí, en el mismo tono, con la frase análoga…
- ¡Pues cenar, amigaaaaa!

La chica cayó en cuenta del velado mensaje que yo le enviaba y se sonrió, para atemperar un poco el encontronazo inicial en torno a la oferta del servicio de alimentación. La frase subsiguiente ahora fue…

- ¡Buenas noches, señor! ¿En qué le puedo servir?
- ¡Buenas noches señorita! Con cordialidad y buenos modales es un gusto ser atendido…

MORALEJA: señores dependientes, ser amables no les cuesta nada. Y sí satisface al turista en la necesidad que los lleva a su punto comercial o de alimentación. No olviden los ocho principios de oro:
(1)  Saludar amablemente.
(2)  Sonreír.
(3)  Ofertar el servicio (menú disponible) con amabilidad.
(4)  Evitar el tono autoritario y las frases descalificadoras. No se trata de casar peleas innecesarias sino de servir y de la mejor manera posible.
(5)  No descuidar al cliente y atenderlo en todo momento.
(6)  Mostrarse con óptima presentación personal, pulcros(as). Los hombres, en lo posible, no llevar vello facial.
(7)  Ofrecer un servicio de dispensación de los alimentos, higiénico e impecable. Jamás servir platos o vasos chorreados ni alimentos con deficiente preparación.
(8)  Esmerarse en la calidad integral del servicio: atención, dispensación alimentaria, servicio de cubertería esterilizado, devolución completa del dinero sobrante, etc.


-2. DEFICIENTES PROCESOS DE HIGIENE Y ASEPSIA EN LA MANIPULACIÓN DE ALIMENTOS.
Tanto en la oferta de alimentos en ventas populares como en algunos restaurantes y unos puntos de comida rápida, eché de ver los siguientes aspectos:

-Quienes manipulan los alimentos no usan tapabocas y otros tampoco usan guantes de nitrilo o análogos.
-Quien recibe el dinero y da vueltas, es el mismo que eventualmente manipula los alimentos y/o bebidas.
-Algunas personas con afecciones pulmonares (gripa, tos, catarro), manipulan alimentos y expectoran encima de estos. O bien, estornudan, todo lo cual constituyen factores graves de contaminación de los alimentos dispensados.

Entre las personas que se hacen a la orilla de la Peatonal con una mesa llena de alimentos típicos de la comunidad raizal de la isla, no he visto a ninguno(a) que cumpla con normas mínimas de asepsia en los alimentos que expenden. He podido constatar que no usan guantes de nitrilo ni tapabocas, durante el proceso de expendio del ceviche de camarón o para cortar y servir los pies de manzana o las tortas de batata, entre otros alimentos (que, dicho sea de paso, prometen ser muy buenos, pero sin las normas mínimas de higiene y aseo, tanto en su preparación como dispensación, difícilmente serán fiables para el consumo humano en general).  

Por cierto, que, me acerqué a una señora raizal que vende los precitados alimentos en una avenida en inmediaciones de la Peatonal. En esencia el diálogo fue el siguiente:

- ¡Su merced, buenas tardes!
-Ummmm ¿qué quieres tú?
- ¿De casualidad tendrá torta de yuca o enyucado?
- ¡No! Nosotras no vendemos eso... Nosotras vendemos es la comida propia de la isla no vainas pañas…
- ¡Ah, ¡qué bien! ¿qué me puede ofrecer entonces?
-Mira, lo que ves aquí... Pie de piña, torta de coco, torta de batata…
- ¡Qué interesante! Solo que no conozco ninguno de estos platillos, sería interesante degustarlos para saber si al turista le llaman la atención o no…  
- ¡Yo no te voy a dá na´! Aquí es pagando, amigo…
¡Mi señora, nunca dije que no le fuera a pagar, dado el caso! Solo sugerí que cuando se trata de alimentos típicos de la isla, que uno no conoce, sería deseable una degustación- una pequeña porción-, para introducir el alimento exótico en el paladar del visitante. No es más…
- ¡Eso son inventos pañas! Aquí es con plata en mano y si no, nada, amigo…  
- ¡Su merced, le agradezco! Ha sido usted muy amable… Voy a buscar una Porción de enyucado con una palenquera por los lados de la Peatonal… ¡Hasta luego!
- ¡Adiós, cachaco! ¡Vienes a la isla y no apoyas la comida isleña! Vete…

Aparte de lo tenso que fue el breve diálogo, la señora no tenía elementos mínimos de asepsia. Y espantaba las moscas que sobrevolaban los recipientes de los alimentos ofertados, con una escobilla de cerdas largas. Los comentarios despectivos de la señora hacia la comunidad Paña los ignoré por completo. Al fin y al cabo, lo que yo estaba haciendo era un breve experimento social, del cual dejo constancia aquí en este artículo para deleite de mis lectores. Juzguen ustedes mismos la calidad de la escena descrita en el diálogo anterior en sus diversos frentes (amabilidad, atención al cliente y asepsia).


MORALEJA: Los únicos que hace caso omiso de las normas mínimas de asepsia, valga aclarar, no son algunos de los expendedores de platillos típicos isleños, también algunos de los expendedores de cocofresa y cocoloco, algunos vendedores de ceviche y comidas de mar; las palenqueras, algunos vendedores populares de dulces y comidas rápidas y frituras. Igualmente, algunos de los vendedores callejeros de fruta.
Señores expendedores de alimentos en la isla de San Andrés: Nunca descuidemos las normas básicas de higiene y asepsia en todo el proceso de elaboración y manipulación del alimento, a saber: (1) Preparación (2) Envasado (3) Dispensación (4) Conservación.
Si uno de sus clientes (sea nacional o extranjero) se llegara a enfermar por un alimento que haya consumido, vendido por ustedes en malas o deficientes condiciones de salubridad, podrían ser objeto de una demanda penal, cuidémonos en todo momento de semejante riesgo. Que nuestro lema sea: ¡Asepsia integral!


-3. ALGUNOS ALMACENES DE LOCIONES, CREMAS Y PERFUMERÍA OFRECEN OFERTAS ENGAÑOSAS CON PRODUCTOS ADULTERADOS
No me pasó esta vez. Me pasó la primera y única vez en 2017. Me fui todo contento el último día de mi estadía en la isla, a comprar colonias, cremas y lociones para amigos y familiares, en algunos almacenes –muy elegantes, por cierto- de North End. Hice compras por 400 mil pesos. Yo conozco muy bien la colonia francesa Jean Naté, after bath. Y muy satisfecho compré una de litro… ¡Pobre iluso! Cuando llegué a Bogotá pude constatar que el envase plástico de la loción no tenía el sello de seguridad y la calidad de la loción se reducía a cierto colorante amarillo-verdoso (que imitaba mal el original), un odorizante rebajado y abundantes cantidades de alcohol. Las cremas que le regalé a mi esposa y amigas, eran por el estilo. Ninguna venía con sello de seguridad de fábrica. Y las cremas estaban rebajadas con aceite barato de coco, según me constató un amigo químico en la capital de la república.
En esta oportunidad entré a varios almacenes elegantes y exclusivos de North End, especializados en cremas y lociones. Pude comprobar yo mismo que los envases de las supuestas lociones originales venían sin sello original de fábrica, es decir, venían abiertos. Y los precios oscilaban entre 80 mil pesos a 250 mil pesos y más. ¡Y ninguna venía con sello de fábrica original!


MORALEJA: ¡Señores expendedores de lociones, cremas, perfumes y afines!  Superemos el ventajismo, la inadmisible tendencia generalizada a aprovecharse de la buena fe de los compradores ya sean nacionales o extranjeros. Engañar al cliente no es ciertamente una buena política, porque, por ejemplo, a mí me engañaron una vez y créanme que no me vuelve a suceder. ¡Y advertiré a mis ex alumnos y amigos en general para que cuando vayan a la isla, no se dejen engañar por los cantos de sirena de 5 lociones o cremas por 25 mil pesos! Repito: Turista satisfecho atrae más turistas. Turista timado o engañado, espanta o advierte a los turistas del futuro…

CONCLUSIONES: El Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es el Departamento Azul de Colombia. Quizás el más bello. Pero para que un número significativo de turistas, nacionales y extranjeros, escojan las islas como sitio vacacional, debemos mejorar ciertos procesos, optimizar unas actitudes y abandonar ciertas odiosas prácticas de ventajismo torpe y miope que espanta la clientela.  

Atendamos bien al turista, no veamos en él un enemigo con quien casar peleas, veamos una persona a quien debemos dejar contenta e integralmente satisfecha, para que el año siguiente vuelva y si es posible, con familiares y amigos. Seamos amables, atentos, cordiales, al recibir, al atender y al despedir al turista. Seamos éticos y esmerados en la preparación de los alimentos. E igualmente honestos en la dispensación de productos nacionales y extranjeros. Si todo esto lo hacemos, llegará el día en que el Departamento Archipiélago será la Meca del turismo nacional y extranjero en el Caribe, para beneficio de todos en las islas. Porque como dijo la inspiración inmortal de Miss Chiqui, la compositora raizal María Cecilia Francis Hall, en su inigualable canción-himno...

Take me back to my San Andres 
To the wave and the coral reefs...
Back to be where the sunshine bright
Where the sea changes colors day and night

Marzo 13 de 2019, Bogotá (Colombia)