EL TURISMO SANANDRESANO VISTO DESDE LA OTRA ORILLA
Nabonazar Cogollo
Ayala
Luego de una estadía de quince días en San Andrés, Caribe
colombiano, he ampliado la idea que antes poseía sobre la isla y sus
problemáticas diversas. Quiero compartir algunas de mis experiencias con el
ánimo de ponerlos sobre aviso si piensan visitar ese pedazo de Colombia frente
a las costas de Nicaragua. En San Andrés los paisajes son de ensueño.
Es quizás
el departamento colombiano más hermoso por sus paradisiacos paisajes naturales.
Pero hay varios aspectos que resultan altamente desestimulantes para el turista
continental que escoge las islas como destino vacacional, veamos:
(1) No existe
control en las tarifas de taxis locales. Por ejemplo, se especula sin tasa ni
medida en las carreras desde o hacia el aeropuerto. La aeroportuaria es de $
25.000 y más. Si la carrera es con maletas se cobra como si fuera hacia el
aeropuerto, así el destino sea distinto. Los taxis no tienen taxímetro. Se
cobran las carreras a ojo de buen cubero: la mínima es de $ 8000 hasta $25000,
$30000, etc. Cuando pregunté sobre esta irregularidad me dijo un taxista… ¡Erda cachaco! ¡Eso es en Bogotá, estamos en
San Andrés y aquí las vainas son a otro precio!
(2) No hay control de precios ni de calidad en la venta de productos importados de perfumería y tocador. Conviene no fiarse mucho de esas promociones espectaculares de cinco productos (champú, loción, crema, jabón líquido, etc.) por el precio de uno. Un químico residente me advirtió que se toma una loción original importada o una genérica y se rinde hasta multiplicarla en diez o doce frascos. Luego se les pone un falso sello y se venden. Cuando te vas a aplicar la flamante loción se reduce a alcohol odorizado y coloreado. Pocos almacenes se salvan de esta odiosa regla general.
(3) Tampoco hay control de precios ni de calidad en la venta de alimentos. El famoso “corrientazo” (almuerzo corriente) no existe en San Andrés. Todos los restaurantes ofrecen comida a la carta. El almuerzo más económico viene con pollo y cuesta $9000, más la sobremesa y un modesto plato de sopa. Con pescado es de $25000 hacia arriba. Los procesos de asepsia en la elaboración y manipulación de alimentos dejan igualmente grandes dudas.
(4) La amabilidad de algunos isleños hacia el turista no es la más plausible. La comunidad raizal evidencia su desdén hacia los continentales colombianos a quienes llaman despectivamente “pañas”, lo cual evidencia un odio fomentado desde algunas iglesias locales.
(2) No hay control de precios ni de calidad en la venta de productos importados de perfumería y tocador. Conviene no fiarse mucho de esas promociones espectaculares de cinco productos (champú, loción, crema, jabón líquido, etc.) por el precio de uno. Un químico residente me advirtió que se toma una loción original importada o una genérica y se rinde hasta multiplicarla en diez o doce frascos. Luego se les pone un falso sello y se venden. Cuando te vas a aplicar la flamante loción se reduce a alcohol odorizado y coloreado. Pocos almacenes se salvan de esta odiosa regla general.
(3) Tampoco hay control de precios ni de calidad en la venta de alimentos. El famoso “corrientazo” (almuerzo corriente) no existe en San Andrés. Todos los restaurantes ofrecen comida a la carta. El almuerzo más económico viene con pollo y cuesta $9000, más la sobremesa y un modesto plato de sopa. Con pescado es de $25000 hacia arriba. Los procesos de asepsia en la elaboración y manipulación de alimentos dejan igualmente grandes dudas.
(4) La amabilidad de algunos isleños hacia el turista no es la más plausible. La comunidad raizal evidencia su desdén hacia los continentales colombianos a quienes llaman despectivamente “pañas”, lo cual evidencia un odio fomentado desde algunas iglesias locales.
San Andrés es un bello destino turístico, pero los turistas
continentales no estamos exentos de abusos por parte de cierta cultura local
que la justifica. Es bueno ir, pero con precaución.
CARTA DE PRECIOS EN UNA CEVICHERÍA A LA ORILLA DE LA PLAYA EN LA PEATONAL |
CARTA DE PRECIOS EN OTRA CEVICHERÍA, ESTA DE TIPO POPULAR, A ORILLAS DE LA PLAYA EN LA PEATONAL |
CARTA DE PRECIOS EN UN RESTAURANTE TIPO CLASE MEDIA CERCA DEL MONUMENTO DE LA BARRACUDA |